Los centros médicos especializados en la reproducción humana disponen de personal cualificado, instrumentos y herramientas técnicas necesarias para realizar diagnósticos y administrar tratamientos para todo tipo de problemas relacionados con la concepción.
Estas clínicas se encargan de ayudar a las parejas que tienen problemas para quedarse embarazadas, ya sea de forma natural o con la ayuda de procedimientos de reproducción asistida.
Dado que están capacitados para tratar problemas reproductivos complejos en ambos sexos, además de tratar los problemas de salud ginecológica de la mujer, los especialistas que operan en estas clínicas de fertilidad están más especializados que un ginecólogo típico.
¿Cuál es su función?
Es esencial conocer las funciones específicas de una clínica reproductiva para entender lo que es en su sentido más estricto.
En primer lugar, se trata de centros de diagnóstico con especialistas formados en medicina reproductiva cuyo trabajo consiste en identificar cualquier problema que pueda estar impidiendo la concepción.
Para determinar dónde y por qué se produce la infertilidad, realizan numerosas pruebas tanto al hombre como a la mujer. Posteriormente, se encargan de averiguar qué hacer para tratarla y, si es factible, conseguir el embarazo.
Según las necesidades de cada paciente, estos centros administran terapias para potenciar la fertilidad y aumentar las posibilidades de concepción. El coito programado, la prescripción de fármacos, la terapia hormonal y, en el peor de los casos, la cirugía, pueden ser algunos de ellos.
Sin embargo, también puede aconsejarse el uso de procedimientos de reproducción asistida cuando los tratamientos antes mencionados son insuficientes, dependiendo de las particularidades de cada caso.
La fecundación in vitro, la inseminación artificial y otros procedimientos de vanguardia para lograr la concepción cuando no se puede conseguir de forma natural son métodos que se llevan a cabo en estas clínicas.
Por último, estas clínicas cuentan con las instalaciones necesarias para ejecutar el parto o una cesárea, si es necesario, tras la consecución del embarazo y el seguimiento periódico para garantizar que se lleva a término.